martes, 24 de marzo de 2015

La verdadera historia de Pou ¿una mascota para el control de los niños?





El mundo de Android ha creado toda una oleada de aplicaciones para los teléfonos inteligentes, de todo tipo. Y uno de los grupos que más llaman la atención, son las aplicaciones para niños. Y dentro de este grupo, sin duda, una de las que más ha logrado hacerse a un espacio -algo absolutamente difícil entre las miriadas de aplicaciones- es la llamada Pou.

La verdadera historia de Pou ¿una mascota para el control de los niños?

Pou no es en absoluto una app pretensiosa y llena de sofisticados efectos o interfaz visual. Justamente se trata de un juego; es un simpático muñeco absolutamente minimalista de color café claro -aunque se le puede cambiar el color- de grandes ojos negros, con una boca trazada por solamente una línea curva y sin nariz, y con un cuerpo en forma de triángulo, aunque sin ángulos y, algo que llama la atención, sin nariz -ya habíamos visto la aparición de Hello Kitty sin boca- ¿podría tener alguna relación, podría haber algo escondido detrás de toda esta hitoria?

La aplicación fue desarrollada por Zakeh, y está disponible tanto para Android -desde la Google Play-, para iPhone y iPhad -desde iTunes- y para Blackberry -desde la appworld. La página oficial es pou.me y también tiene presencia en Facebook conmipou, y en Twitter con poualien.

Y justamente eso es Pou, un alienígena divertido que funciona a manera de los archiconocidos tamaguchis de los años 90. La dinámica es también muy similar: Debes criar a Pou, verlo crecer, alimentarlo, vestirlo, jugar con él. A medida que todo ello ocurre, se van ganando monedas y se van desbloqueando diferentes niveles, diferentes fondos de habitación.

Hasta aquí todo bien. Sin embargo, una historia un tanto diabólica ha comenzado a circular acerca de Pou, la inocente mascota que, inclusive, necesita de nuestros cuidados. La historia -aclaramos que sin validar- cuenta que antes de que Pou fuera lanzado como aplicación fueron reunidos prestigiosos psicólogos y sociólogos expertos en el comportamiento de masas para que diseñaran una manera de entretener a los niños, de sacarlos de la realidad y crear para ellos un mundo paralelo, un mundo virtual que permitiera que ellos estuvieran ocupados, entretenidos y, hasta cierto punto, enajenados.


Luego de evaluar varias posibilidades se llegó a la conclusión de que esto sólo solucionaría con una aplicación desde el mismo mundo virtual. La diferencia entre Pou y los tamaguchis es que estos últimos, aun cuando llegaron a tener una enorme difusión, Pou va mucho más allá porque en la actualidad la mayoría de la población dispone de un teléfono celular. De este modo, el alcance es masivo. Y orientado a los niños porque justamente ellos son el futuro de la sociedad, y entre más entretenida se tenga a la sociedad, mejor. Pero ¿mejor para quién? Mejor para el control de la misma, para que no se estropeen los planes de los poderes que se esconden tras el poder. En este sentido Pou sería una de las tantas lineas que se estarían manejando para lograr dicho objetivo.

Otras historias, quizás sensacionalistas que también comienzan a abundar en internet llegan incluso a hablar de posesiones y de desapariciones para los fanáticos de Pou. Cierto o no, Pou parece seguir su marcha triunfal y ya comienzan a salir todo tipo de productos, entre los que por supuesto, hacen presencia los infaltables muñecos para niños.

Y tú ¿conoces alguna historia de Pou? Compártela con nosotros en los comentarios.

La terrible historia del niño que mató a su madre




Todavía recuerdo esos días de Abril. Mi mamá se había quejado durante muchos meses de una enfermedad incurable que le producía intensos dolores. Fue entonces cuando decidí matarla para que dejara de sufrir.

Yo era apenas un niño de doce primaveras y no sabía cómo se podría hacer para matar a alguien. Apenas si recordaba la muerte de la abuela y su cara inmóvil debajo de las sábanas blancas. Decían que estaba muerta y lloraban. Luego la enterraron en el patio de la casa porque no había para pagar un sepelio. Yo, con esa curiosidad propia de un niño decidí desenterrarla. Aproveché un día que me quedé solo, fui por una pala y comencé a cavar. Me acuerdo que hedía bastante, pero me amarré un trapo a la boca y continué. Parecía más pequeña que la última vez que la había visto. Cuando la terminé de desenterrar la envolví en una colcha y me la llevé para mi alcoba y comencé a inspeccionarla con una curiosidad de biólogo. Debo confesar que también me pareció muy oportuno guardarla en algún sitio de la casa. Entonces fui por un hacha y la rebané a la altura de los codos, de las rodillas, de la cadera y del cuello. Yo estaba tentado a poner la cabeza en un florero y pensaba en lo hermosa que se vería. En eso estaba cuando oí que las personas que habían salido ese domingo al pueblo ya estaban de regreso, entonces a como pude removí una tabla del piso y escondí ahí los restos de la abuela, donde permanecen todavía.

Sin embargo, no sabía más al respecto. Yo sabía que la gente moría, y sabía qué le sucedía al cuerpo luego de que la persona moría, pero no sabía cómo se mataba a una persona. Y tampoco tuve el coraje de preguntárselo nunca a mi madre. Pero yo estaba lo suficientemente decidido en darle algo de paz a ella, que decidí improvisar. Entonces fue cuando, lejos de la casa, cavé un hueco y la enterré viva. Sin embargo, el hueco no había sido lo suficientemente profundo, y sólo logró quedar bajo tierra hasta el cuello. Su cara de tristeza me conmovía hasta la médula, y su quejido era tan desgarrador que decidí arrancarle la lengua y amordazarla para que no se escuchara ningún lamento. Pero todavía quedaba algo: sus lágrimas. Entonces cogí el marcaganados, lo calenté al fuego y corrí de prisa. Cuando lo hundí en la cuenca de sus ojos sonó como cuando uno echa agua fría en un caldero caliente. Desde ese día no volví a verle ni una lágrima, desde ese día no volví a oírle ni un quejido.

lunes, 23 de marzo de 2015

La leyenda de la mujer que bailó con el diablo


La historia es conocida como El diablo en la discoteca o como la mujer que bailó con el diablo y ya alcanzado todo el matiz de una verdadera leyenda, al punto que muchos sitios reclaman ser el suelo donde ocurrieron los hechos.

Todo ocurrió en Tijuana, México, allá por el año de 1990 pero, como se indicaba antes, lugares como Hermosillo o Popayán, Cali y Medellín en Colombia, reclaman la misma leyenda (¿o quizás es algo que ha ocurrido en varios sitios?).

Pero volvamos a Tijuana. La historia cuenta que todo ocurrió en el bar Aloha, entre la calle segunda y tercera de la Avenida Revolución un jueves o viernes Santo. Sin ocultarse todavía el sol se oscureció tanto el firmamento que los habitantes pensaron que se trataría de un eclipse de sol inesperado, así mismo hubo un viento súbito y un incendio en el bar Aloha que desapareció al instante, o bien una descarga eléctrica.


Sin embargo, al interior del bar había una muchacha proveniente de una familia muy creyente y que la había mantenido en cierta forma reprimida. La muchacha había decidido ese día sacudirse de las imposiciones familiares y salir a divertirse justo ese día.

Los testigos cuentan que la muchacha afirmó que esa noche bailaría, de ser preciso, hasta con el mismísimo diablo y, al parecer, su petición fue escuchada pues, al instante, entró al bar un joven atractivo y elegante que la abordó de inmediato. Tras pedir bebidas y hablar un poco, él la invitó a bailar advirtiéndole que no le fuera a mirar los pies, a lo que ella aceptó, total que el sujeto era encantador y le había impactado desde el comienzo.

El ambiente se impregnó de un penetrante olor a azufre y de inmediato la pareja se convirtió en el centro de atención cuando vieron que de los pies del joven comenzaba a salir humo. La pareja daba vueltas cada vez más rápidas y, en un punto, comenzaron a elevarse. Ahí fue cuando la muchacha comenzó a gritar de terror al ver que los pies del joven se convertían en cascos y la cara asumía un aspecto macabro y aterrador. Tras esto se escuchó una explosión y la muchacha cayó al piso, quemada y sin vida.




Una variante de este relato es que cuando ella no resistió la tentación de mirar sus pies vio unas garras horribles, tras lo cual cayó desmayada.

Poco después llegó la policía, pero la única explicación que pudieron dar los que estaban presentes en el lugar es que el diablo mismo era quien había tomado la vida de la muchacha tras retarlo a bailar con ella.

Hay una versión que afirma que la joven murió en el bar, mientras que la otra versión asegura que la muchacha sobrevivió unos días, pero que luego murió.



Esto nos recuerda otras leyendas como la de la pata sola y la llorona, que son una suerte de espectros o entidades surgidos de no se sabe qué otro mundo y que también pueden tener un final trágico para los osados que los invocan o que se los encuentran.

¿Crees que esta historia pudo haber sido verdadera?
¿Invitarías al diablo a bailar contigo un viernes santo o lo invocarías para que se te apareciera?