lunes, 15 de diciembre de 2014

La Monja que flotaba


En 1978, todos los domingos Doña Carmen asistía a misa de seis de la mañana, su hijo que entonces tenia seis años, la acompaño aquel día, había poca gente casi a oscuras pero súbitamente una monja apareció cerca de ellos, la madre no lo noto, el hijo se sintió inquieto; el abito no dejaba ver cara, manos, ni pies de la monja.

La monja comenzó a moverse hacia el altar de la iglesia, entonces el niño descubrió que no caminaba iba flotando, el niño solo pudo gritar:

-¡Mira mami!

Al escuchar los gritos de terror aquel ser volteo intempestivamente hacia ellos y reclamo:

-¡ACASO YO NO TENGO DERECHO DE ESTAR EN LA CASA DE DIOS!

El niño, ahora adulto, no ha vuelto a esa iglesia porque tal ves ella aun siga ahí.

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