jueves, 12 de diciembre de 2013

Las predicciones de Nostradamus hasta 2025



El próximo día 13 de diciembre, el Vaticano podría estar de luto. Ese día, huyendo de una guerra, el Papa llegaría hasta Lyón, donde sería asesinado. ¿Ciencia ficción? Es Nostradamus, el profeta del siglo XVI que ya predijo, hace más de 400 años, la llegada de Hitler al poder (1933), la destrucción de Hiroshima y Nagasaki (1945), el atentado contra Juan Pablo II (1982) o los recientes terremotos de Turquía.




Jean-Charles de Fontbrune, intérprete de Nostradamus, presentó hace un par de años su libro "Nostradamus 2000-2025. ¿Guerra o paz?", que adelanta el futuro de la humanidad desde hoy hasta el 2025.




Fontbrune se basó en un trabajo de transcripción de las cuartetas originales de Nostradamus, labor a la que se ha dedicado desde que descubrió este texto visionario del enigmático profeta. Con Nostradamus, historiador y profeta (1981) tuvo dos aciertos: la elección de François Mitterrand y el atentado contra el Papa Juan Pablo II, escritos cinco meses antes de que sucedieran.




«Nostradamus ya anunció la llegada de un Papa polaco, al que atribuyó un destacado papel en la Iglesia. Pero también predijo el asesinato del Papa en Lyón, un 13 de diciembre, sin precisar el año, por lo que podemos pensar que se trata del Papa actual o del próximo, porque las visiones de Nostradamus terminan en el 2025», comenta.




Pero sus visiones llegan más lejos. El propio Juan Carlos I, Rey de España («un rey muy poderoso», dice Nostradamus), saldrá reforzado tras intervenir en un conflicto armado islámico. El Anticristo ha nacido ya en Asia, es de origen mongol, jefe de un Estado militar y en breve invadirá Occidente. Una gran epidemia terminará con dos tercios de la población antes de que entremos en la Edad de Oro, en el 2025, una época de paz internacional que, según Fontbrune, «supone el renacimiento moral y espiritual de la sociedad, que hoy está por los suelos».




Sin embargo, para Fontbrune, Nostradamus esconde bajo este enfoque catastrofista el deseo de advertir al ser humano para que ponga los medios necesarios que lo lleven a la paz. «Es un mensaje de esperanza, hay que acercarse a Nostradamus sabiendo que, a pesar de las catástrofes, anuncia la llegada de una era de paz mundial».




Todo puede pasar, según Fontbrune, incluso de un día para otro. «Los 35 años que llevo descifrando a Nostradamus me han enseñado que la historia del hombre tiene un componente completamente irracional».

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