El actor Sir Alec Guinness afirmó ver una aparición fantasmal al lado de su cama

Él fue uno de los actores más famosos y con más éxito de Gran Bretaña. Pero para muchas personas, Sir Alec Guinness siempre será recordado como Obi Wan Kenobi, el sagaz Caballero Jedi de la saga Star Wars. Aunque el mundo cinematográfico nunca podrá olvidar sus increíbles interpretaciones en El puente sobre el río Kwai, Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, Pasaje a la India, La caída del imperio romano, Rescaten el Titanic, y un sinfín de producciones que ya forma parte de la historia moderna.

Pero lo que muchos desconocen es su predilección con el mundo sobrenatural. En 2013, la Biblioteca Británica anunció que compró los diarios y cartas de Sir Alec Guinness por más de €390.000. Y mientras que 900 cartas y más de 100 volúmenes de sus diarios se pusieron a disposición de Piers Paul Read, el biógrafo autorizado de Sir Alec, se dieron a conocer algunos datos muy interesantes sobre la cara más mística del actor. Entre sus experiencias detalladas por él mismo había encuentros con apariciones fantasmales o premoniciones que podrían haber evitado la muerte de otro conocido actor.

Y ahora, según ha informado Mail Online, en una carta dirigida a su esposa Merula con fecha 23 de marzo 1984 declaró haber visto el fantasma de una mujer de blanco y gris con un espeso velo mientras se encontraba rodando en Bangalore la película David Lean “Pasaje a la India”.

Encuentro con el mas allá

El entonces actor de 69 años y católico devoto, Sir Alec Guiness, detalló a su esposa Merula en una carta redactada el 23 de marzo de 1984 haber visto un fantasma mientras rodaba en Bangalore “Un Pasaje a la India”.

“Anoche escuché abrirse la puerta del baño. Me desperté inmediatamente y pregunte, “¿Quién hay ahí? Entonces observé un fantasma de una anciana… una mujer vestida de blanco y gris con un espeso velo”, detallo Sir Alec. “Yo no podía distinguir su rostro. Ella se movió… con dignidad por el lado de mi cama y cuando encendí la luz desapareció.”

Aunque parezca sorprendente, esa no fue la primera experiencia con lo sobrenatural ya que el 15 de diciembre de 1983 tuvo otro encuentro fantasmal en un hotel de Londres con Sir Ralph Richardson, que había muerto dos meses antes.

“Por la noche tuve una extraña experiencia fantasmal cuando estaba a punto de ir a dormir. Al menos me pareció realmente espeluznante y he tratado de encontrar una explicación racional, sin éxito”, escribió Sir Alec. “La habitación tenía un pequeño hall en la entrada, en la que yo estaba de pie, colgando mi abrigo gris pesado. Me había puesto el abrigo en mi brazo cuando, de repente y rápidamente, alguien me ayudó con el abrigo. Giré alrededor para ver si alguna doncella me había ayudado, mire en el cuarto de baño. No había nadie presente… Sentí un escalofrío de miedo, hice la señal de la cruz, y luego me reí… Me reí, porque pensé que era el tipo de cosa que siempre hacia Ralph Richardson. Me he quedado pensando si, de algún modo misterioso, podría haber sido Ralph.”

Las premoniciones de Guiness

Pero aparte de este tipo experiencias con lo imposible, el actor también creía en las premoniciones. Él tuvo una premonición de su propia muerte un día antes de un encuentro peligroso mientras servía en la Reserva Voluntaria Royal Navy durante la Segunda Guerra Mundial. Él fue incapaz de describir el incidente, porque sus letras fueron censuradas, pero recordó un sueño la noche anterior.

“Apenas había puesto mi cabeza en la almohada escuché una voz audible y siniestra que me dijo al oído: “MAÑANA”. No dijo nada más, pero su significado era demasiado claro. Implicaba, “mañana estarás muerto”.”

Aunque la más destacable fue el evento que tuvo lugar en 1955, cuando coincidió en un restaurante con el actor James Dean advirtiéndole que moriría a causa de un accidente a gran velocidad. Y así fue, Dean falleció a la temprana edad de 24 años el 30 de Septiembre de 1955, debido a un accidente de tráfico.

Como hemos comprobado, el icono del cine de ficción Sir Alec Guiness tenía una conexión con el mas allá, algo que solo pudo compartir con su mujer pero que ahora somos testigos todos nosotros.