viernes, 14 de febrero de 2014

Ojos blancos



Sus ojos, esos enormes ojos blancos observándome como pidiendo ayuda, pero solo intentaban matarme…Mi nombre es Jhon Iriancof y esta es mi historia… 
Todo comenzó una noche de invierno de 1984, yo vivía con mis padres en una casona de un pueblo llamado Living Sort, al norte de Estados Unidos. 

Nos habíamos mudado a esa casa hacia unos días, así que aun estábamos desempacando las cosas, pero eso no importa, sigamos con la historia. 

Habían pasado ya unos 15 días, estábamos viviendo bien y en calma, o eso creíamos. 

Una noche de diciembre, si mal no recuerdo, comenzó mi sufrimiento. Estábamos con mi familia cenando, cuando de pronto se cortaron las luces, una inmensa oscuridad se apoderó de la casa, dejándonos completamente ciegos a todos, como era costumbre siempre teníamos velas cerca por si algo de eso pasaba, así que abrimos el cajón del comedor y encendimos una vela. 

Mi padre, Dave Iriancof, decidió ir a ver si los fusibles se habían quemado, dejándonos solos a mi madre, Lucy Mcvinel, y a mi… Un enorme silencio se apoderó de la habitación en el instante en que mi padre salió por la puerta de la cocina en busca de los fusibles, pero poco después el silencio se volvió tenebroso. 

Desde afuera, un grito de dolor se escuchó, con mi madre estábamos asustados, ya que mi padre era el único afuera y en ese pueblo en el que vivíamos cada casa tenía una gran distancia, que en la noche se hacía mas larga. 

Mi madre y yo, salimos a ver que había sucedido, buscando a mi padre a ver si él estaba bien. Salimos por la puerta y ahí estaba. Un espectro, espíritu, o como deseen llamarlo, observándome con sus ojos, esos enormes ojos blancos, como pidiendo ayuda, pero solo intentaban matarme como lo habían hecho con mi padre. 

Ambos salimos corriendo, nos subimos al auto y nos quedamos allí, escondidos, esperando que se haga de día. Al transcurrir la noche, comenzamos a escuchar gritos como el primero. Teníamos tanto miedo que no quisimos asomarnos a ver que estaba sucediendo, solo queríamos que la noche transcurra y así terminar con esta pesadilla. Pasaron unas cuantas horas; Se hizo de día. 

Bajamos del auto y fuimos a ver a mi padre, o lo que había quedado de él, pero, cuando fuimos a la parte de atrás de la casa, el cuerpo ya no estaba, mi padre no estaba! Ese maldito espectro se lo había llevado! Con mi madre, entramos en la casa, empezamos a empacar y subimos las cosas al auto. A punto de salir de ese pueblo, miramos la casa en la cual perdimos a mi padre y desde la ventana, pudimos observar, esos ojos blancos, junto a los de mi padre… Él ya era uno de ellos y aunque no lo crean...yo también lo soy....

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