viernes, 14 de febrero de 2014

MÉXICO, INFLUENCIADO POR SATANÁS


Alarmante aumento de poseídos y oprimidos por demonios

Actualmente y dentro del mundo cristiano, México es el país que más pedidos de exorcismo reporta. Muchas veces las personas no están poseídas sino oprimidas, pero casi nadie duda en afirmar que México está muy influenciado por Satanás y sus fuerzas, principalmente por el macabro culto a la Santa Muerte (adorada hasta con sacrificios humanos por los narcos), y la brutal violencia de los narcos, que decapitan gente y la filman, torturan, descuartizan, dejan cadáveres en las calles o colgados de los puentes. No sorprende así que, si los místicos judíos tenían razón y los actos buenos aumentan la presencia de Dios y los malos la disminuyen, el Diablo esté hoy muy presente en México pues, como dicen los demonólogos, "está donde obra".

Desde que en el 2006 el presidente mexicano Felipe Calderón le declaró la guerra a los carteles de la droga, más de 70000 personas han muerto hasta la fecha como consecuencia de la brutal violencia de los narcos. Al respecto, el sacerdote Carlos Triana dice lo siguiente: "Detrás de todos estos enormes males hay un agente oscuro y su nombre es el Demonio. Así como Adolfo Hitler era la encarnación del Diablo, poseyéndolo y dirigiendo sus acciones, también creemos que el Diablo está detrás de los carteles del narcotráfico (...). El Señor quiere que establezcamos aquí un ministerio de exorcismo y liberaciones para justamente luchar contra el Demonio"

La opinión del padre Triana tiene bastante respaldo, aunque las cosas se han llevado con cierta discreción porque muchos sacerdotes están conscientes de que el Diablo no es el culpable de todas las atrocidades del México actual: es solo una fuerza que intenta entrar en nosotros, y lo consigue solo cuando accedemos, sea que creamos o no en su existencia, aunque la mayoría de narcos si creen y eso podría verse reflejado indirectamente en el hecho de que piden ayuda a la Santa Muerte y no a la Virgen porque saben que ésta última no los ayudará dándoles protección para delinquir impunemente.


Volviendo a la cuestión de las posesiones, los sacerdotes dicen que la demanda de exorcismos no tiene precedentes, que cada día hay nuevos casos de gente que dice estar poseída, oprimida o influida, por lo que a diario hay personas que son sometidas a sesiones de exorcismo o de liberación, siendo mucho más frecuente lo segundo. Y es que, al parecer del padre Francisco Bautista, "la posesión completa es algo que requiere de un exorcismo mayor, pero son caso más raros y que necesitan ser llevados ante un obispo".

Lo que el padre Bautista dice, tiene su razón de ser en el hecho de que la Iglesia ha tomado conciencia de que muchas supuestas posesiones son en realidad fenómenos de trastorno psiquiátrico, cosa a la que el psiquiatra Ismael Vásquez se refiere en estos términos: "Hay dos escenarios que explican lo que es una posesión: el primero es la epilepsia, que hace que las personas tengan convulsiones y vomiten; y el segundo es la esquizofrenia, que tiene una explicación neuorológica y bioquímica, que hace que las personas tengan visiones, o vean imágenes que no existen, lo que las hace pensar que han visto al Diablo (...).Para algunas personas que sufren de esto es más simple pensar en una posesión que en la explicación médica, pero el exorcismo no es necesariamente algo que les haga daño, más bien puede ayudar a calmar, darles contención; pero debe estar acompañado de medicación y supervisión médica"
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El papel de los narcos

La maldad generalmente es obra del propio sujeto, según admiten en su mayoría los demonólogos actuales. No obstante, cuando esa maldad llega a un punto que ya no parece natural (como la que brota del egoísmo), puede pensarse que hay algo de influencia espiritual por parte de las Fuerzas del Mal, ya que éstas se ven atraídas por los actos de extrema crueldad, y teóricamente los demonios pueden inducir emociones y pensamientos, e influir más cuando menos libre sea el sujeto a la hora de obrar. En el caso de los narcos mexicanos, se sabe que son prácticamente la imagen por excelencia de la violencia en el mundo occidental, y sus acciones, a través del internet, han llegado a tener una influencia a nivel internacional, haciendo consciente a la gente común de cómo el crimen organizado puede, en las medidas que toma para defender sus intereses económicos, caer en un sadismo desnaturalizado, cínico, que sobrepasa los criterios de utilidad en su propósito de sembrar temor, y cae en una espectacularización de la violencia que refleja la aparente paradoja de una civilización que, teniendo un sistema económico teóricamente orientado al progreso material y la sincronía de los agentes sociales, encarna valores que conducen a un nihilismo deshumanizante que suele estallar en fenómenos que muestran la destrucción del carácter civilizado de la convivencia o, en otras palabras, que ilustran la destrucción esporádica de lo civilizado dentro de la civilización, a causa de la presencia, en el seno de ésta, de una mentalidad cuyas prácticas tienden a extremarse en una especie del retorno a la ley de la selva y por tanto en una reaparición del animal-humano, no ya en su inocente versión de la época de las cavernas, sino en una nueva versión donde esa animalidad sobrepasa lo esperable en virtud de las leyes naturales, cayendo en una monstruosidad moral que permite pensar, desde la perspectiva religiosa, en la presencia de una siniestra influencia sobrenatural.


En cuanto a los ejemplos, podemos ver a Gonzalo, quien pasó de policía a sicario de narcos, y eso lo convirtió en un sádico, según se ve en estas palabras suyas: "Aprendes torturas, sí, muchas. Ciertamente gozaba uno haciéndolo. Nos reíamos del dolor de las personas, de las formas que las torturamos. Brazos cortados, decapitaciones. Esa es la más fuerte verdad. Decapitas a alguien sin sentir ningún sentimiento, ningún temor".


Más escalofriante aún resulta la historia real contada por un sacerdote, en la que una mujer de Michoacán tenía la imprudente costumbre de andar hablando mal de los narcos de la zona. Lo que ocurrió se vuelve espeluznante cuando se considera que esta mujer era una simple vendedora de Pozole (sopa de maíz a la que se agrega cerdo o pollo), y que un día unos hombres le encargaron un pozole para una fiesta, diciéndole que vaya, pero que lleve la sopa sin carne porque ellos le pondrían su carne. Cuando la mujer llegó, los hombres le mostraron una bolsa y le dijeron que allí estaba la carne para la sopa. Dentro de la bolsa, ni había pollo ni había cerdo: lo que vio fue a su hijo muerto, cortado en montón de pedazos, junto a un mensaje que le pedía cerrar la boca...

Bien se ve que los ejemplos dados dan cuenta de una maldad poco común en los narcos mexicanos, pero la influencia demoníaca en esa maldad está potenciada por el culto a la Santa Muerte que los narcos tienen, y que ha sido documentado por la Procuraduría General de la República.

Esa relación entre los narcos y la Santa Muerte habría empezado hace aproximadamente ocho años y, a decir del periodista Gil Olmos: "Tiene mucha presencia de los jefes para abajo. Estas personas buscan a la Santa Muerte porque creen que ni Jesús ni la Virgen María los puede ayudar con lo que necesitan: protección de los soldados, la Policía y sus enemigos".

En el caso de Los Zetas, que son uno de los carteles más temidos y atrevidos a la hora de filmar sus ejecuciones que hasta con sierra eléctrica se hacen, hubo testimonios, por parte de ex zetas que fueron detenidos en USA, según los cuales el cartel al que pertenecen tiene miembros que han hecho rituales y sacrificios humanos en honor a la Santa Muerte, estando entre esos tributos el joven Alfonso Avilés, que supuestamente perteneció al Cártel de Sinaloa y, cuando fue capturado por Los Zetas, sufrió terribles torturas y acabó boca arriba con el vientre abierto, de donde sacaron sangre que pusieron en una copa para brindar por la venerada calavera...

Por último, cabría mencionar el caso de un narco adepto a la Santa Muerte, que fue visitado en prisión por el "Padre Caro". Según el sacerdote, el narco empezó a expresar odio y rechazo apenas lo vio, no por su persona en sí, sino por la religiosidad que representaba, siendo el rechazo a lo sagrado uno de los rasgos distintivos de los poseídos u oprimidos por el Diablo. A decir del propio Padre Caro sobre el narco: "Él estaba encargado de cortar en pedazos a las víctimas. Lo hacía mientras aún estaban vivas. Y decía que disfrutaba verlos llorar. Ellos le decían ʻ¡no lo hagas, no lo hagas!ʼ, y él simplemente se reía y chop, chop... A otros los quemaba. También vivos (...).El culto es el primer paso hacia el satanismo y de ahí al narco. Por eso fue escogido para hacer ese trabajo".
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Culto a la Santa Muerte y abortos legalizados


El padre Francisco Bautista, al igual que muchos sacerdotes católicos, piensa que el culto a la Santa Muerte tiene un rol capital en la fuerte influencia demoníaca que vive México actualmente. En esa línea de pensamiento, el vocero de la Arquidiócesis Primada de México, sacerdote Hugo Valdemar, dice que: "Esto no es un juego, ni la muerte es una deidad divina, detrás de ese culto hay algo diabólico y la gente debe tener mucho cuidado. Detrás de esto está el reino del Maligno y la gente puede ser víctima de una posesión diabólica".

Naturalmente, las opiniones del clero podrían parecernos algo exageradas si damos demasiada importancia a disparates como que el yoga es satánico (Gabriel Amorth, gran exorcista de Roma, cree eso...), como que "el rock" atrae hacia el satanismo (dicen eso cuando existen grupos de metal explícitamente satánicos), o que el New Age es una secta que tiene doctrinas influenciadas por el Diablo. Sin embargo, el caso de la Santa Muerte es diferente, es algo que teológicamente tiene sentido, porque en la Biblia hay una asociación esencial entre la muerte y el pecado pues: 1) la muerte entró en el mundo gracias al pecado, 2) la muerte es la paga del pecado, no solo por el primer punto sino porque el pecado mortal puede privarnos de la vida eterna, y esto es la muerte espiritual eterna, pues la muerte espiritual es separación de Dios, 3) la muerte forma parte de los dominios del Diablo, debido a que la muerte espiritual (separación de Dios) es el fin primero de la acción demoníaca. Por ello, desde el cristianismo es innegable que la muerte está intrínsecamente vinculada al mal y al Diablo; pero, además, el carácter satánico de la Santa Muerte se ve reforzado por estos puntos: 1) la gente frecuentemente le pide cosas malas, como que haga sufrir a alguien o lo mate, o que otorgue protección para que uno no pague las consecuencias de sus delitos o malas acciones , 2) muchísimas personas afirman que la Santa Muerte les ha cumplido sus peticiones, pero que siempre pide algo a cambio y castiga duramente a quien no cumple, siendo esto diferente al caso de los santos, que dan sin exigir, y si uno ofrece y no cumple, simplemente no recibe, pero en ningún momento el santo castiga... 3) la Santa Muerte es un caso de verdadera idolatría, 4) la imagen de la Santa Muerte es macabra y tiene connotaciones que mueven la mente de quien la contempla hacia el mal, el sufrimiento y la destrucción, 4) Adorar a la Santa Muerte es adorar a la personificación de aquello de lo cual trata de alejarnos el cristianismo en su fin primero, que es acercar a la persona a Dios, pues lo contrario es alejarse de Dios, y el fruto último de ese alejarse es separarse, que viene a ser la muerte espiritual y por tanto uno de los aspectos de la Santa Muerte. 5) El culto a la Santa Muerte es blasfemo hasta en el nombre de aquello que venera, porque la Muerte está asociada al mal, y por tanto llamarla "santa" es más que un simple error, es atribuir a algo del Diablo una característica de lo que es propio de Dios, y eso constituye una de las expresiones del llamado "pecado contra el Espíritu Santo", que es el único pecado que "no tendrá perdón ni en esta vida ni en la otra".


Bien, queda así demostrado que el culto a la Santa Muerte es satánico. Esto podría no haber tenido las consecuencias que tuvo, pero no fue así dado que el culto tiene unos ocho millones de seguidores, entre los que se cuenta a narcotraficantes y sicarios que solicitan la ayuda de la cadavérica deidad para no ser asesinados, arrestados, o castigados de algún modo, ofreciéndole incluso sacrificios humanos en su adoración. Según refiere el periodista José Gil Olmos sobre este culto, se inició en el siglo XVIII y "la mayor presencia se observa en los estratos más pobres de la sociedad mexicana", aunque sus seguidores "crecieron en particular después de la crisis económica de los años 90, tras el llamado ʻEfecto Tequilaʼ, cuando muchas personas de clase media terminaron en la miseria, y en busca de esperanza terminaron en cultos como éste.".


Finalmente, los sacerdotes también creen que la legalización del aborto (hecha en el 2007) ha tenido gran influencia en la propagación e intensificación de la influencia demoníaca en México. A diferencia del culto a la Santa Muerte, esto no tiene tanto fundamento bíblico y se basa más bien en las interpretaciones que la Iglesia Católica ha hecho de la Revelación, siendo esto relativo en gran medida. Además, en este caso hay una figura puntual en el asunto: Gabriel Amorth, el mayor exorcista católico, que no ha dudado en tachar a Harry Potter de "satánico" por promover la brujería; y ahora, después de exorcizar a un hombre mexicano con el que ningún exorcista anterior había podido, diagnosticó que el hombre estaba poseído por cuatro demonios, y que eso era "una venganza del Demonio contra los obispos mexicanos porque no se opusieron al aborto como debían haberlo hecho", a causa de lo cual el hombre "sólo será liberado cuando los obispos mexicanos se arrepientan y hagan penitencia por no haber intervenido más en esa cuestión".

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